Callejeando por el Barrio de las Letras, uno de los más visitados durante este pasado"mes de la decoración en Madrid", me di de bruces con la verja de un hermosísimo patio lleno de plantas en el primer número de la calle de las Huertas.
Se trata de la floristería más antigua de Madrid, con un pasado de novela, un presente con muchas historias y deseamos que un futuro próspero. Quizá muchos me digáis:¡Pero qué despiste! ¿Cómo es posible que no conocieras El Jardín del Angel? Para los que como yo no lo conocían, aquí os traigo mis impresiones.
Uno de esos rincones secretos de mi ciudad en los que nunca me había fijado, quizás por ser una zona a la que siempre he ido con alevosía y nocturnidad, es decir a cenar y tomar una copa en la vecina Plaza de Santa Ana o en los numerosos establecimientos de Huertas o quizás porque los puestos de mercadillos y acciones decorativas no suelo llegar hasta el principio de la calle.
A pesar de ir llena de bolsas, el columpio que cuelga de la rama del espectacular y centenario olivo que preside la floristería me hizo pararme en seco y entrar como movida por una fuerza sobrenatural (o a lo mejor me parece sobrenatural a mi, ahora que conozco la historia de este lugar tan especial). Adyacente a la Iglesia de San Sebastián, acogió entre sus verjas el famoso "Cementerio de los Cómicos" y tuvo las sepulturas de Lope de Vega, Juan de Villanueva y Ventura Rodriguez ¡ahí es nada!
Desde 1889 se trasladan los cuerpos (se prohibieron los enterramientos en las iglesias) y se arrienda el solar para construir un vivero. Desde entonces y hasta 2006 la misma familia se encargó del negocio y los actuales propietarios recogieron el testigo para convertirla, sin duda alguna, en la floristería más especial de Madrid. El jardín da entrada a un invernadero mágico, con sus columnas de hierro estriadas, su fuente de piedra y sus plantas exóticas.
Aparte de su historia de novela (de hecho está reseñada en "Misericordia" de Benito Pérez Galdós) el encanto de esta esquina reside en la decoración tan especial que encontramos, tanto en el patio o jardín exterior, como dentro de la tienda. Estanterías realizadas con maderas recicladas, jaulas de las que han escapado las aves, el antes mencionado columpio o la cantidad de vegetación que crece por todas partes, engancha al visitante.
Mucha decoración para amantes de la jardinería, el huerto urbano, la decoración... tan bonito es el espacio que se realizan eventos entre sus muros. También podemos encontrar talleres (tanto infantiles como para adultos), exposiciones, mercadillo decorativo el primer sábado de mes e incluso música en directo. Yo me he enamorado de El Jardín del Angel y creo que es de visita obligada, ya que os he descubierto su situación.
Sin duda mi próxima visita a El Jardín del Angel será sin bolsas ni tacones, para disfrutar un poco más de su tranquilidad en medio del este bullicioso barrio madrileño (y porque le he echado el ojo a algunas plantas para mi terraza)
Más información | El Jardín del Angel
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