Este dúplex en el pirineo catalán es la segunda residencia de una familia que disfruta de la casa todo el año. Por eso sus propietarios querían aprovechar al máximo su espacio y que su interior fuese cálido y confortable pero sin caer en la estética "cabaña" asociada a esta zona y que consiste en un exceso de maderas y textiles en tonos oscuros.
El confort y la calidez del dúplex lo ha conseguido la interiorista Pía Capdevila, a quien encargaron su reforma, gracias a la cuidada selección de piezas de maderas naturales repartidas por la casa que destacan sobre una base neutra, en tonos piedras y grises que caracterizan el trabajo de la interiorista.