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viernes, 8 de noviembre de 2019

Vajillas de Ultramar lanza su colección más solidaria con la técnica japonesa Kintsugi, donde la belleza está en la imperfección de cada pieza

Perfectos Imperfectos es lo último de último de Vajillas de Ultramar, una colección de platos y cuencos que se inspira en la técnica japonesa milenaria del Kintsugi, que consiste en recuperar y restaura piezas cerámicas que lejos de intentar ocultar sus "cicatrices", las lucen como algo bello que pasa a formar parte de la pieza de manera natural.

Lo japonés y su filosofía de vida es una de las corrientes del momentoUna tendencia que también llega a los interiores en forma de accesorios, piezas y filosofía de vida. Por eso, aunque sea la primera vez que oyes hablar de  Kintsugi, posiblemente, no será la última.

La nueva colección de Vajillas de Ultramar es solidaria y celebra la belleza de las imperfecciones porque la belleza y singularidad de cada pieza está en sus uniones.
Hay muchos que ven en esta técnica también una filosofía de vida. Porque  Kintsugi implica rehabilitar, ser más sostenible y menos consumista y sobre todo implica lucir con orgullo las cicatrices de la vida. La técnica que nos habla de tradición, de recuperación y de poner en valor las cosas se lleva ahora a la mesa con esta colección que además es solidaria.

Su filosofía se traslada a esta colección solidaria en la que Vajillas de Ultramar ha contado con la colaboración desinteresada de la modelo y diseñadora Laura Ponte. 
Perfectos Imperfectos es un proyecto a beneficio de Fundación Cadete, en la que ayudan a niños con discapacidad,  con el objetivo de facilitar el acceso a tratamientos de rehabilitación pequeños con cualquier tipo y grado de discapacidad.

De hecho, el 15% de los beneficios de esta colección se destinará al pago de terapias como logopedia, estimulación o fisioterapia, para niños y niñas cuyas familias no pueden asumir el coste de las mismas.

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