La historia de Freddy Mamani parece una película en dónde los protagonistas son el color y un estilo fuera de serie. Freddy inició su carrera como albañil. Apasionado por su entorno profesional estudió ingeniería para convertirse, al paso de los años, en el símbolo de la nueva arquitectura boliviana. Sin considerarse un arquitecto, la manera de ver las formas y los colores de este creador de espacios rompen sin duda con lo que vemos a menudo en nuestros alrededores en las ciudades europeas o americanas.
Lo que más caracteriza el trabajo de Mamani es, sin lugar a dudas, el uso sin complejos de colores. Los edificios, casas, restaurantes y salones de eventos que han sido construidos oo intervenidos por Freddy Mamani son un abanico de colores fuertes que no pasan desapercibidos. En varias entrevistas a medios, este curioso arquitecto que no quiere serlo ha explicado que, desde que estudiaba ingeniería, no lograba comprender la completa ausencia del "estilo boliviano". En la arquitectura moderna.