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domingo, 21 de marzo de 2021

Una iglesia renacentista abandonada, reconvertida en una espectacular vivienda

Transformar un espacio siempre es un reto para cualquier estudio de arquitectura e interiorismo. Pero si además, el espacio a transformar es una antigua iglesia renacentista abandonada para reconvertirla en una vivienda confortable, el reto es doble.



El estudio Garmendia Cordero tuvo que enfrentarse a esta situación: Transformar una iglesia en ruinas situada en Sopuerta (Vizcaya) en una vivienda. El proceso para reconvertir este edificio, que había sido reformado en el siglo XVIII, se fundamentó en la premisa de intervenir al mínimo y siempre que fuera posible la estructura y la historia del mismo, aunque adaptándolo a los conceptos contemporáneos.


En el momento en que el estudio comenzó a trabajar, el edificio se encontraba en una situación lamentable, con la cubierta desplomada en el interior, y en un estado preocupante de inestabilidad estructura.  Al margen de consolidar la estructura y reconstruir la vivienda, el proyecto se planteó como un espacio abierto, concebido como una oportunidad para socializar la arquitectura habitacional.


En la reforma, se ha querido dejar patente la parte conservada con los nuevos añadidos, para enfrentar de forma consciente pasado y presente. En este sentido, las paredes luces desnudas mostrando las cicatrices de la historia, mientras que los añadidos de madera natural contrastan de forma clara con los elementos conservados.


En la zona central de la nave única de esta iglesia alberga las áreas comunes, con la zona de estar y la zona de comedor. Para segmentar cada uso en este espacio tan enorme, el mobiliario y las alfombras delimitan cada zona.


Sin duda, uno de los aspectos más llamativos de la transformación es que la cocina se ha instalado en el antiguo ábside del templo, incluyendo una isla de cocina que podría parecer que se ha instalado en recuerdo del antiguo altar. Para vestir las altas paredes del ábside, a mitad de muro (al igual que se ha hecho en el resto de zonas comunes), se han instalado cuadros para dar color y vida a las paredes.


Para ganar espacio y permitir nuevos usos, a la iglesia se le ha añadido una estructura de madera  natural (la misma que se ha utilizado para reconstruir la cubierta), y que ha permitido ubicar un altillo con el dormitorio, desde el que se contempla el resto del edificio al estar abierto al mismo.




¿Qué te ha parecido esta vivienda? ¿Te ves viviendo en un sitio tan abierto y con tanta historia?

Más información | Garmendia Cordero

Nacho Viñau Ena

Fuente

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