Transformar un espacio siempre es un reto para cualquier estudio de arquitectura e interiorismo. Pero si además, el espacio a transformar es una antigua iglesia renacentista abandonada para reconvertirla en una vivienda confortable, el reto es doble.
El estudio Garmendia Cordero tuvo que enfrentarse a esta situación: Transformar una iglesia en ruinas situada en Sopuerta (Vizcaya) en una vivienda. El proceso para reconvertir este edificio, que había sido reformado en el siglo XVIII, se fundamentó en la premisa de intervenir al mínimo y siempre que fuera posible la estructura y la historia del mismo, aunque adaptándolo a los conceptos contemporáneos.