El invierno también es una época perfecta para viajar. Es cierto que hay menos horas de luz, que el frío reina a sus anchas, pero también nos proporciona el placer de disfrutar de los ambientes interiores, de tardes de relax leyendo un libro tras las cristaleras que nos dejan ver cómo llueve, o disfrutar del cálido sol de medio día.
Al final, cada época del año tiene sus cosas buenas y sólo hay que saber deternerse un momento para apreciarlas. Y más, si es en lugares como Arantza Hotela, un pequeño hotel situado en plena naturaleza en el norte de Navarra, muy cerquita de la frontera francesa y entre joyas como San Sebastián, Biarritz o Pamplona. Aunque la verdad es que viendo cómo son sus habitaciones y el entorno en que se haya, poco importa estar cerca de ciudades como estas.