Situada a 3251 metros de altitud, sobre el glaciar del valle de Schnals, esta plataforma panorámica es uno de esos sitios en los que puedes disfrutar de la fuerza y la inmensidad de la naturaleza.
En este complicado paraje de los alpes italianos (al otro lado de la cima se encuentra Austria) el estudio de *Noa arquitectura ha levantado esta plataforma de observación panorámica a tan solo 50 metros de la cima. Muy cerca de esta plataforma se encuentra el Hotel Grawand, -uno de los pocos hoteles de Europa levantado a más de 3000 metros sobre el nivel del mar-, esta plataforma es parada obligatoria para todos los montañeros y los esquiadores que quiere acceder a la cumbre de la montaña. La plataforma, elevada sobre la nada, te permite experimentar la naturaleza en su máxima expresión: accidentada, pedregosa, ventosa y de clima extremo.
Diseño de la plataforma
El estudio de arquitectura Noa* se enfrentaba a dos grandes retos al diseñar la plataforma. Por un lado, la difícil ubicación y por otro, la necesidad de respetar el entorno natural. Para salvarlos, optaron por crear una estructura ligera con acero corten lo que da un toque moderno al tiempo que el material se mimetiza con el paisaje.
El diseño de la plataforma incorpora la cruz de la cumbre, -que ya existía anteriormente-, y la plataforma solo toca el suelo en los puntos estrictamente necesarios.
El resultado final es una construcción independiente, casi flotante que le permite convertirse en un elemento más de las montañas desde donde sentir la libertad y la ligereza de la estructura.
Cuidando las perspectivas y vistas
Además de las vistas a la inmensidad del paisaje, se ha cuidado mucho las vistas que ofrece la plataforma desde los distintos puntos de vistas y accesos.
La plataforma es una meseta rectangular rodeada en parte por unas esbeltas vigas transversale de acero. La altura de estas vigas sirven como barrera natural o barandilla a la plataforma mientras generan unas amables curvas en su disposición irregular lo que crea además un efecto mágico: la constante apertura y cierre de los distintos puntos de vista invita a los espectadores a entrar en la plataforma y a descubrir con cada paso una nueva perspectiva.
El acceso a la plataforma a través de un camino serpeante, marcado por las vigas de acceso, te invitan a adentrarte y a disfrutar del paisaje de una manera inmersiva.
Al final del camino, la llegada a la plataforma te recibe como una meta, con un diseño en el cruzas el arco de placas de cero que te invita a llegar hasta el final de la pasarela completada con una barandillas de vidrio, y a caminar sobre el vacío a la altura de las nubes.
Las vistas de la plataforma tanto desde el acceso como desde otros ángulos, (como desde el lado austriaco de la montaña) cambia para ofrecer distinto puntos de vistas todos muy escultóricos integrados en el paisaje, a lo que también ayuda el material escogido. Porque el acero corten cambia de color y tiene distintos matices en función de la luz que recibe a lo largo del día. Marrón, gris o negro, este material se adapta al entorno como el resto de los elementos de la montaña.
Imágenes Alex Filz
Información | noa* network of architecture
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